¿Por qué no consigo las metas que me propongo?

¿Por qué no consigo las metas que me propongo?

Sandra Gutierrez
Sandra Gutierrez

Andrea Curto entrevistó al famoso presentador, conferencista y especialista en inteligencia emocional y estabilidad financiera Marco Antonio Regil. Sigue leyendo para descubrir por qué no estás alcanzando tus sueños y cuáles son los miedos que necesitas desterrar para lograr lo que te propones.

¿Por qué siendo tan exitoso como presentador te volcaste a este rol de ayudar a la gente a encontrar su camino?

Yo crecí con mi mamá que era separada y tenía 3 hijos. Y como era coach de ventas, crecí viendo a mi mamá dando conferencias y reclutando directamente a gente en la calle. Las sacaba de allí porque ella siempre decía que quería gente que se quisiera ayudar a sí misma. Y eso mismo fue lo que se convirtió en mi pasión: cambiar la mentalidad de la gente más allá del talento que tengan.

Por supuesto que hubiera sido más cómodo y fácil continuar dedicándome a los programas de televisión y a anunciar marcas de comida chatarra como lo hice al comienzo de mi carrera cuando no tenía mucha conciencia. Pero cuando el corazón despierta, te das cuenta de muchas cosas. Y yo tengo una relación espiritual muy fuerte, más allá de las religiones. Soy consciente de que no vine a esta vida a acumular la mayor cantidad de dinero posible ni a ser la persona más famosa que pueda, sino que vine a servir, a compartir lo que me ha ayudado a mí porque ahí es cuando mi corazón está realmente feliz.

¿Cómo despertamos la conciencia?

Nadie se levanta diciendo “quiero despertar mi conciencia”. Lo que sí decimos es quiero ser feliz, quiero tener más dinero, quiero más vacaciones, quiero un auto y una casa, quiero pasar más tiempo con mi familia. Lo que sucede es que la puerta falsa es pensar que el sistema tradicional que nos han enseñado es la única puerta que nos lleva a la felicidad. Entonces, entramos en esa carrera donde nos adiestran la mente y te dicen que vayas a la escuela, que saques buenas calificaciones, que consigas un trabajo, que hagas lo que te digan, que ahorres y luego, algún día, que te retires y punto.

Y esa fórmula que quizá funcionó en la década de los 40, 50 o 60, ya no existe. Tomar conciencia es precisamente ver que eso no es lo que me da la felicidad y que aprendí ciertas cosas que van en contra de lo que realmente quiero manifestar. Si lo que quieres es alcanzar tus sueños, muy posiblemente los pensamientos limitantes que te enseñaron como “no tomes riesgos”, “juega a lo seguro”, “quédate ahí donde estás”, “calladito/a te ves más bonito/a” no son tu camino.

Incluso, es una relación equivocada con Dios porque, muchas veces, decimos «sí Dios quiere, vamos a salir adelante». Y ahí está el error porque Dios siempre quiere, y cómo no va a querer si él es amor incondicional y te regaló todo en la vida. Entonces, hay que cambiar la visión y ver si el quiere eres tú y si estás dispuesto a tomar responsabilidad y conciencia.

¿Por eso hay tanta gente que dice ser infeliz?

Mucha gente no consigue ser feliz porque cree que donde le tocó nacer y lo que le tocó vivir o aprender es todo lo que hay, y que no se puede salir de ahí. En ese momento, te estás poniendo una cárcel mental.

Y no estoy hablando mal de la educación, pero esa educación tradicional que se necesitaba luego de la segunda guerra mundial no es la misma que se requiere ahora. En ese momento, luego de la revolución industrial, se necesitaban obreros, los cuales siguen órdenes y mecánicamente hacen lo que le dicen. Si tu sueño es ser obrero o militar, maravilloso, no tiene nada de malo. Pero si ese no es tu objetivo, entonces necesitas otra cosa.

¿Por qué nos ponemos un montón de metas para el año, pero después nos damos cuenta de que no cumplimos ninguna?

Porque no nos enseñaron a cumplirlas y porque nos dijeron que cometer errores estaba mal. En realidad, cuando hablamos de nuestras metas personales, lo que necesitamos es cometer errores. Por ejemplo, yo me he convertido en la persona que habla en público y que conduce programas de televisión porque me equivoqué una y mil veces, hasta que un día me equivoqué menos. Pero a mis errores los convertí en chistes, en algo natural.

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3 Comentarios

  1. Amelia barrientos

    Quiero hacer el curso perdí la información

    Responder
  2. yaneth

    me gusta todo esto

    Responder

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